sábado, 21 de noviembre de 2020

Hojas de la Memoria: Romanticismo y arte en las postales de la Belle Époque


Las nuevas tecnologías han relegado al terreno de la nostalgia, de lo vintage, hábitos tan arraigados antaño como el de escribir cartas, hacerlo con lápiz y papel, envolver luego el mensaje cuidadosamente por medio de un sobre, escribir la dirección, el remite, y finalmente, pegar sobre él un sello antes de depositar la misiva en un buzón o llevarla personalmente a una oficina de correos. Cada vez son menos los que siguen manuscribiendo cartas, y acaso tampoco tarjetas postales, imágenes a las que se adherían palabras, casi siempre desnudas, sin envoltura. 


Postales con dedicatorias y poemas

Muy populares a principios del siglo XX, en una época en que no existían los recursos gráficos de que hoy disponemos, las tarjetas se convirtieron en un vehículo que transportaba a otros lugares, otras ciudades, que permitían compartir deseos y sentimientos de todo tipo, ilustrados con el rostro de personajes conocidos o incluso con fotografías de los propios familiares. Es tan amplia la variedad temática de esta modalidad de comunicación que los coleccionistas de cartas postales (cartofilia), se sienten a menudo desbordados, con la sensación de encontrarse ante un océano inabarcable.



Los cabarets y las terrazas de París en las postales de primeros de siglo

Al subgénero de la llamada “postal romántica” pertenecen aquellas tarjetas que tienen como protagonista a la mujer, y muy especialmente, a las artistas de mayor renombre de esos años dentro del ámbito de las variedades, la revista, el cuplé, el teatro o la copla. Felicitar, recordar fechas señaladas, celebrar un encuentro, transmitir saludos, cualquier sentimiento tenía cabida en el pequeño espacio de estas cartas animadas. 

Un pequeño repaso a este catálogo nos llevará a recordar personajes tan célebres en esos años como el de Agustina Carolina del Carmen Otero Iglesias, conocida como “La Bella Otero”, bailarina española de gran fama y belleza que llegó a triunfar en el Folies Bergère de París, convirtiéndose en un auténtico icono de la Belle Époque parisina y en una de las mujeres más deseadas de su tiempo, como también lo fue la francesa Cléo de Mérode, contemporánea de la anterior e igualmente musa de importantes artistas, como el fotógrafo Émile Reutlinger, cuyas fotografías fueron utilizadas para la edición de tarjetas en las que aparecía dicha bailarina. 

       

Tarjetas postales con las imágenes de La Bella Otero y de Cléo de Mérode,
circuladas en 1902 y 1903 respectivamente

De Italia nos llegan postales con la imagen de Lina Cavalieri, cantante de ópera y actriz de cine, de azarosa vida y belleza espectacular, fallecida a causa de un bombardeo durante la II Guerra Mundial.


Pero igualmente en España, las artistas de la copla, la revista y la zarzuela tuvieron su sitio en las tarjetas postales, algunas muy elaboradas, con bordados y destellos de purpurina, que visten y ornamentan las imágenes de las protagonistas. Cantantes y actrices de gran éxito y popularidad se convierten de este modo en cómplices y aliadas del mensaje y la palabra, con la que han viajado, ignorando fronteras, hasta llegar a nuestros días.


Curiosa postal “higrométrica”,

con imagen de artista de la época,

que cambia de color de acuerdo con

las condiciones de humedad.

Obsérvese el vestido de la

protagonista, con bordados y

detalles en relieve.


Nombres como los de Pastora Imperio, Julia Fons, Raquel Meller, Tórtola Valencia, Rosario Guerrero, Elisa Romero, La Fornarina…, pues la lista es interminable, aparecen una y otra vez en los álbumes de tarjetas con el testimonio escrito de aquellos que las admiraban y quisieron compartir con los más cercanos su pasión por ellas.  

 

Recordémoslas ahora a través de las imágenes que ilustran las siguientes tarjetas.



Julia Fons, nacida en Sevilla, en 1882, fue artista que brilló en el género chico y el cuplé, protagonizando obras como “La Corte de Faraón”. Postales bordadas. 




Rosario Guerrero, conocida como La Bella Guerrero, fue una notable cupletista y bailarina. Popular por su tema “El Beso”, actuó en los principales teatros de la época.


Elisa Romero, nacida en Málaga, fue bailaora y cantante, actuó en el Teatro Novedades de Barcelona y el Café “La Gran Peña”, así como en diversos países de Latinoamérica.



Carmen Tórtola Valencia, bailarina española, especialista en danzas orientales, fue muy apreciada por los intelectuales de su tiempo. Pionera de la liberación de la mujer, recorrió muchos países con su arte, compartiendo escena con otras artistas como Raquel Meller.






      














domingo, 15 de noviembre de 2020

Ambivalencia

Ambivalencia. Según el Diccionario de la R.A.E., "estado de ánimo, transitorio o permanente, en el que coexisten dos emociones o sentimientos opuestos, como el amor y el odio". 

Ambivalente es el tiempo que se precipita desde las hojas del calendario, la atmósfera caprichosa que estos días de noviembre alterna mañanas luminosas y otras teñidas de niebla. En la seguridad del cuarto, sentimientos contradictorios. 

Hemos descubierto formas nuevas de abrirse al mundo, de salvar los obstáculos de la amenaza que allá afuera late, todavía impune, con su sorda estadística de nombres y de cifras. 

El año nos sorprendió desnudos, con las manos desguarnecidas y el verso a medio construir.

En la búsqueda de un antídoto trazamos itinerarios secretos, ocultos en los renglones de la tarde, buceando entre libros varados en la deriva del silencio. Miles de páginas para combatir la incertidumbre, el conflicto interior que empuja a ignorar el aliento de la borrasca cuando la prudencia llama a cubrirse el rostro, a eludir el colmillo del granizo. 

Acaso debemos aceptar que el mundo cabalga con pasos cortos