domingo, 21 de enero de 2024

Próxima conferencia "Imágenes y recuerdos del Cáceres romántico"

A la espera pues de la presentación de Tentativas de escapismo, que tendrá lugar en la segunda mitad del próximo mes de febrero, paseando por la ciudad vieja de Cáceres, donde, por cierto, existe un rincón, no muy conocido, dedicado al poeta Rubén Darío, del que hablábamos en la entrada inmediatamente anterior, uno ha ido recopilando imágenes y recuerdos de ese Cáceres de "La Belle Époque" del que apenas restan ya testigos y que conforman el universo de un tiempo, de unas gentes y de unos lugares sobre los que el paso de los años ha discurrido impenitente, quedando etiquetados en el marco de un cúmulo de amarillentas fotografías que vengo empeñándome en recopilar en cuanto representativas de nuestra esencia y memoria de quienes nos precedieron. Fruto de este trabajo de rescate fue mi participación en el libro La tarjeta postal en Cáceres (1900-1940), que junto a la entonces archivera de la Excma. Diputación Provincial de Cáceres, María Antonia Fajardo, vio la luz de la mano de Cicon Ediciones en 2002 y que aún sigue despertando el interés de muchos curiosos e interesados en el pasado de la capital cacereña.

A ellos interesará sin duda, y a todos los que quieran efectuar un virtual "viaje en el tiempo" a aquellos años que fueron los de nuestros padres y abuelos, el contenido de la exposición "Imágenes y recuerdos del Cáceres romántico" que el próximo 29 de enero, a partir de las 18:30 horas, tendré el honor de realizar en actividad promovida y organizada por la Asociación de amigos del Centro de Cirugía de Mínima Invasión "Jesús Usón" (ASCEMI), con la colaboración del Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Cáceres, en cuyo salón de actos tendrá lugar (junto al Gran Teatro), y la Asociación Cultural Filatélica y Numismática Cacereña, que desde hace más de cuarenta años viene impulsando el coleccionismo en nuestra ciudad. 

Espero que esta exposición consiga su propósito, ser, a través de sus cien diapositivas, un recorrido inmersivo visual y guiado que, con sus imágenes, su lección de historia y anécdotas nos permita descubrir cómo fue ese Cáceres de entonces, el de la Plaza Mayor y sus aguaduchos, el de las lavanderas y aguadoras, con sus devociones, tradiciones, establecimientos comerciales y viejos enclaves ya desaparecidos pero cuyo romanticismo nos corresponde mantener vivo para las nuevas generaciones. 



En el aniversario del nacimiento de Rubén Darío

La llegada de enero y su cielo de intensos azules revelaba providencial la noticia de la concesión a mi todavía inédito poemario, Tentativas de escapismo, del Premio Internacional de Literatura "Rubén Darío", 2024, instituido por el PEN Club España y el Grupo Editorial Sial Pigmalión. Es una inmensa satisfacción que su selecto jurado haya escogido mi manuscrito entre los ingresados a la editorial para vestirlo con las galas de este premio que lleva el nombre de uno de mis más apreciados autores y en la fecha del aniversario de su natalicio. 

Porque, ciertamente, la huella del genial poeta nicaragüense es perceptible en este nuevo trabajo desde la perspectiva del oficio y la intención. Como afirma Rubén en las "Dilucidaciones" que preceden a su libro El canto errante, concebida la poesía desde uno mismo, no es sino un ejercicio de sinceridad."Es el Arte el que vence el espacio y el tiempo. He meditado ante el problema de la existencia y he procurado ir hacia la más alta idealidad. He expresado lo expresable de mi alma y he querido penetrar en el alma de los demás, y hundirme en la vasta alma universal".  

El itinerario que abarcan los poemas de Tentativas de escapismo pretende ser eso, un camino que trasciende lo meramente individual y que, a través de la palabra, busca encontrar su lugar en medio del teatro del mundo. Insisto en la gratitud por la concesión de este reconocimiento a un libro, aún nasciturus, pero con vocación de llegar a todos los públicos, de expandirse más allá del cuarto propio. 

La poesía es una forma de escapismo, una alquimia para redefinir la materia de las cosas, para dar sentido a la libertad. Es resiliencia. Y el poeta, un espectador del tiempo, que construye su presente y aguarda la pleamar con la armadura del idioma. Es el extraño, el raro -que diría Rubén- pero también quien medita su naturaleza profundamente humana, la realidad cambiante de lo que nos rodea.