domingo, 26 de noviembre de 2023

Retorno a lo esencial: "La sangre que habita en mí", exposición de María Mandala

Recordando las palabras de Antonio Daganzo en su poemario La sangre Música, hay que escuchar a la sangre, "este idioma que todo lo interpreta / y lo trasciende / y nos devuelve el alma que perdimos". Escuchar a la sangre, sentir la sangre, respirar la sangre que fluye desde el interior y se refleja en las paredes del  mundo. 

Ha querido expresar las sensaciones de esa sangre nutricia la artista María Mandala, que estos días expone su obra en el área expositiva de La lente y el pincel, en Cáceres, bajo el sugerente título de "La sangre que habita en mí".  Un vendaval de rojos integran la muestra, absorbente catarata de texturas que invitan a una reflexión profunda sobre el ser y sobre los engranajes que conforman la arquitectura de la naturaleza, tintes y rugosidades que excitan los sentidos del tacto y de la vista, naipes acaso de una baraja que evoca los anhelos y los temores de la propia creadora. 

Desde el rojo, construir una performance de elementos que nos hablan de una humanidad que demanda un retorno a los orígenes, al ADN mitocondrial de la luz, de los colores, allí donde se entremezclan los grumos del pincel y las células del tejido, los velos y el cordaje. Un cosmos que rememora el estallido de la vida, pero también su antítesis, los avatares de la memoria y el afán de perpetuarse más allá del silencio. María Mandala recrea en cada lienzo esa búsqueda de lo esencial, de lo que a todos nos pertenece y que nos conecta con la eternidad, la sangre que, parafraseando a William Carlos Williams, y éste a su vez, a René Char, "cree en el poder de la belleza para corregir el mal"

Un discurso para ir y venir, que dialoga con el espectador desde el humus de los pigmentos hasta las asonancias y los contrastes del mensaje que cada uno de estos escenarios llega a transmitir con su infinita capacidad de sugerencia. Como si de versos se tratara, conforman una apoteosis que se diría poema, paisaje tejido con la levadura de la inspiración, a la medida del barro primigenio.










No hay comentarios:

Publicar un comentario