domingo, 13 de agosto de 2023

Diecisiete años ya...y la vida siguió su camino. Siempre en el recuerdo.

"Sólo aguardar el natural vencimiento de las cosas". Este verso, de mi poemario El último viaje (Norbanova, 2007), resume a la perfección el funcionamiento de los engranajes del tiempo, la mecánica de los fotogramas que componen nuestro tránsito a lo largo de las estaciones de este universo tangible que constituye nuestra realidad. Cuesta ser consciente de que la rueda gira, de que la madeja va soltando el hilo y adelgaza, que los recuerdos son sólo sedimentos que reposan bajo innúmeras capas de material de acarreo. Son ya diecisiete los amaneceres de agosto con la garganta seca, con la saliva enquistada en las encías, con el aire agrietado por la perversa irrupción del silencio. Pero el tiempo poco importa. La tierra sigue ahí, expuesta al agobiante estertor del verano, deshabitada de ti. Lo que vino después nos ha enseñado a vivir por nosotros mismos, a levantar el vuelo sobre los candentes tejados, conscientes de que no hay retorno, de que las horas consumidas se desangraron como las páginas de un libro leído a bordo de la madrugada. Nos pertenece ahora el don de la vida que aquel agosto se te escapó de entre los dedos, como la sustancia espesa de la luz, fluye entre nosotros para dar testimonio del continuo de los astros, de la sangre que tomó el relevo de tus párpados yertos desde aquella mañana tatuada por siempre con tu nombre. "Desconchadas las sílabas preguntan a Dios". Clamaba el poeta por encontrar respuestas, por descifrar las claves de este acertijo que componen nuestros pasos sobre la arcilla húmeda. A merced del reloj, "uno es cautivo en su sueño de tiza / pasajero de un mandala infinito / entregado al albedrío del viento". 



domingo, 6 de agosto de 2023

Barbie vs. American Graffiti...¡Cómo hemos cambiado!

Que en los últimos sesenta años, casi los que uno tiene, la sociedad ha cambiado de forma que apenas si es reconocible en muchos aspectos, es algo ciertamente incuestionable. Pero es que el cine, la música, el arte, el vestido y hasta la geopolítica se encargan constantemente de recordárnoslo. El progreso y la evolución de la humanidad han sido en el último siglo más intensos y demoledores que todo el decurso histórico anterior. Una mayor conciencia de la propia identidad y la imparable tecnificación de la vida cotidiana han hecho que la forma de pensar del humano de esta segunda década del siglo XXI no tenga nada que ver con la de nuestros padres o abuelos. Valores, preferencias y referentes se ven volteados por el efecto de los nuevos iconos, de los gadgets que han terminado haciéndose imprescindibles en el día a día hasta llegar a condicionar nuestro comportamiento en no poca medida. 

He tenido esta semana la oportunidad de comprobar, a través de la magia de la gran pantalla, ese tsunami transformador que, desde la década de 1960 hasta el presente, nos ha convertido en lo que ahora somos. En este verano de 2023, si hay un fenómeno que merced a un contundente marketing está arrasando en medio mundo es el que ha supuesto la promoción y estreno de la película Barbie, dirigida por Greta Gerwig y protagonizada por Margot Robbie y Ryan Gosling. Confieso que finalmente, también he ido a verla. Me he encontrado una sala de cine completamente repleta de público, y eso que casi han transcurrido dos semanas después de la première. Otras cintas que pretendían atraer la atención de los espectadores, como la nueva y esperada aventura de Indiana Jones, con un Harrison Ford ya octogenario, no han terminado consiguiendo el objetivo propuesto. Sí lo han logrado las desquiciantes fantasías y la guerra de sexos de Barbie, precisamente porque en su argumento se ve reflejada la forma de ser y entender la realidad de ese ciudadano del siglo XXI al que venimos refiriéndonos. Su mentalidad conecta perfectamente con las antinomias que plantea la película, más allá de la infantil arquitectura que diferencia el mundo rosa de las muñecas y el real, ambientado en la California contemporánea. Sobre ella se asienta el contraste que conduce al clímax de la historia, que no es otro que el eterno conflicto entre sexos y cómo la forma de ver las cosas desde una u otra perspectiva terminarán colisionando. La película recurre a la exageración como técnica para sorprender al espectador, aunque su filosofía resulta más que transparente y actual.  Si la muñeca Barbie, creada a finales de los cincuenta del pasado siglo por Ruth Handler y comercializada por Mattel se convirtió enseguida en un símbolo de la nueva generación, fiel a las palabras de su creadora: "al crear a Barbie, mi filosofía fue que, a través de la muñeca, las niñas pudieran llegar a ser todo lo que quisieran. Barbie siempre ha representado a una mujer que elige por sí misma" (1), esta Barbie del cine es fiel a tal inspiración pero incorpora las tendencias más actuales acerca del empoderamiento de la mujer como antídoto frente al patriarcado imperante (el consejo de administración de Mattel está formado solamente por hombres trajeados), que en la cinta desquicia y arrastra a un ingenuo Ken que quiere trasladar a un mundo que es genuinamente femenino lo que ha visto en su viaje al mundo real. No pretendo hacer spoilers, pero ahí se encuentra el germen del conflicto, en el que los personajes humanos tendrán mucho que decir. Todo ello, aderezado con una magnífica banda sonora en la que destacan los temas de Dua Lipa o Billie Eilish, que otorgan aún más, si cabe, contemporaneidad al resultado junto al efectismo, sin duda certero, del colorido y la puesta en escena.



Circunstancialmente se coló en mi pantalla en la noche de ayer American Graffiti, de George Lucas, realizada en 1973, producida por Francis Ford Coppola. Después de verla, y con el recuerdo, todavía presente, de Barbie, esa sensación de mastodóntico contraste entre tiempos, tipos humanos, formas de entender la vida, se hizo mucho más palpable. A primeros de los años sesenta, con el rock como hilo conductor, aquella música pujante que habían popularizado artistas como Bill Haley, Buddy Holly o Chuck Berry, y antes de la irrupción de los Beatles, la historia que propone George Lucas muestra una caracterización de los roles hombre/mujer completamente antitética, en la que los rasgos de masculinidad, muy en la onda rebelde de James Dean, se contraponen con la imagen frágil y sumisa de ellas, aun cuando éstas terminen también condicionando los actos y el comportamiento de los chicos, ambos muy mediatizados por un entorno materialista y de revancha. Planteada como una historia de protagonista colectivo, con reminiscencias de novelas como Manhattan Transfer, de John Dos Passos, las correrías de los adolescentes que intervienen en esta cinta, permiten construir un mosaico de aquella sociedad americana de entreguerras (finalizada la de Corea y antes de la de Vietnam), durante la presidencia de J.F. Kennedy, apenas unos años después de la eclosión de Barbie, y todavía cautiva de una visión estereotipada de la relación entre los sexos, donde el hombre y su poderío material, aquí representado por los coches, se erigían en puntos cardinales de sus valores y su forma de ser. Esta misma sociedad en la que cobran protagonismo las pandillas, la rivalidad, los pelos engominados o las faldas acampanadas, la veremos luego en otras películas de éxito como Grease, de Randal Kleiser (1978) o Regreso al futuro, de Robert Zemeckis (1985), pero muy especialmente en la primera, que reproduce esquemas ya presentes en American Graffiti como las competiciones de coches, los bailes de graduación o la iniciación al sexo, con el mismo trasfondo de marcada separación entre el mundo masculino y el femenino, aunque no exento de matices y primeros síntomas de cambio en los roles de uno y otro (inolvidable la escena en que Sandy pone a sus pies a Danny Zuko).



El abismo que separa las historias y los personajes entre estas dos películas, Barbie y American Graffiti, no es, como decíamos, sino la traducción de cómo el tiempo y la inyección de nuevos valores han acabado por transformar nuestra mentalidad. ¿Somos ahora mejores?, ¿Cómo nos veremos en el futuro? Son preguntas cuyas respuestas dependen enteramente de nosotros, de lo que hemos aprendido durante todos estos años y lo que aún nos resta por aprender.  

  1. (1) «Tú Puedes Ser Lo Que Quieras | Barbie»www.barbie.com. Consultado el 18 de abril de 2022.









domingo, 23 de julio de 2023

Londres en julio: Exposiciones y gentes

Después del Brexit, Londres sigue conservando ese carácter cosmopolita y multicultural que siempre ha caracterizado a la capital del Reino Unido. Tras siete años sin pisar sus calles, nos devuelven un abanico de rostros, de razas, de indumentarias, de distintas formas de interpretar el complejo alfabeto de la vida. Es perceptible esta convivencia de sintonías y de caracteres humanos en el inabarcable laberinto que dibujan los pasillos y las atestadas galerías de Camden, con su food market rebosante de aromas y su oleada de ofertas vintage. Al adentrarse entre el tumulto, uno se siente partícipe de esa libertad que alimenta la mixtura, en un crisol donde se amalgaman nativos, curiosos, turistas, etc. Pero este año el reclamo de Londres -al menos para quien esto escribe- eran las exposiciones que ofrecían la Tate Britain y la National Portrait Gallery. Ambas muy vinculadas a actividades e inquietudes que vienen acompañándome desde hace tiempo. Así, aún con la gozosa resaca de la tertulia vivida en el Casino de Madrid en el mes de mayo, no podía dejar pasar la oportunidad de disfrutar de una muestra como la que con el título The Rossettis se exhibe en estos días en la Tate Britain, Olimpo del prerrafaelismo, donde se encuentran algunos de sus más emblemáticos lienzos. Entre ellos, ese cuadro al que he dedicado muchos versos y que es un referente de mi forma de entender la poética, con su misticismo y carga simbólica, The lady of Shalott, de John William Waterhouse. Ingresados en la Gran Sala, la Dama no cuelga de sus muros como de costumbre. Una solitaria Ophelia se erige en testigo de su ausencia, mientras, unos metros más allá, un grupo de turistas asiste a las explicaciones que una joven guía les expone acerca del cuadro Cristo en casa de sus padres, obra también, como aquélla, de John Everett Millais.  El lienzo de Waterhouse ha salido temporalmente de la Tate y no volverá hasta septiembre, me aclara una de las cuidadoras del museo. Me parece entenderle que está en préstamo en una galería de París, aunque no me fío demasiado de mi destreza en el listening


La exposición dedicada al universo de Dante Gabriel Rossetti, su vida, sus obras y sus contemporáneos, no defrauda en ningún momento. Allí se encuentran algunos de sus cuadros más señalados e icónicos. Especial mención merece el tratamiento dado a su relación con Elizabeth Siddal, Lizzie, cuya pose para Millais emulando la trágica muerte de Ofelia puede haber marcado su impronta en la historia de este movimiento artístico, pero que no agota ni mucho menos su relevancia como personaje y artista, autora de una cada vez más valorada obra pictórica y sobre todo poética. Están allí algunos de sus dibujos, de sus cuadros, incluso un mechón de su pelo y otro de Rossetti, precisamente junto al impactante Beata Beatrix, donde el artista consuma su obsesión por las figuras de Dante y de su amada Beatriz, convirtiendo a la ya fallecida Lizzie en un símbolo del tránsito entre la vida y la muerte, habitante de un espacio donde la inspiración sobrevive a la temporalidad de la materia. Las obras y la leyenda de estos hombres y mujeres, que vivieron durante el gobierno de la reina Victoria, se encuentran representadas a lo largo de esta exposición, imprescindible para los amantes de esta época y de su arte, de sus imágenes y de su literatura. 



Sin abandonar el Reino Unido y dando un salto de casi cien años, un viaje a Londres en estos días permite visitar otra muestra igualmente única, la que exhibe la National Portrait Gallery, donde se recoge una selección de las fotografías realizadas por el músico Paul McCartney, componente del mítico cuarteto The Beatles, y que con el título genérico de Eyes of the Storm plasman el día a día del grupo en aquellos años previos al estallido de la "beatlemanía", desde su punto de arranque en Liverpool hasta su primer viaje a América, en 1964, sus conciertos, la participación de los Beatles en el show de Ed Sullivan, el relax de los músicos en Miami, la incontenible avalancha de los fans... Dicen que el propio McCartney, de ochenta y tres años, visita de vez en cuando la exposición, que algunos visitantes han podido coincidir con él. No tuve esa suerte. Me hubiera gustado que me firmase el catálogo y me habría hecho un selfie junto al mítico ex Beatle. En fin, caprichos de uno. 




Pero este recorrido por la capital inglesa no se ha limitado a la visita de exposiciones y de museos. Prescindiendo de los tópicos y habituales atracciones multitudinarias que congregan a innúmeros turistas armados de cámaras de fotos y a la búsqueda de ñoñas poses (véase las desquiciantes instantáneas en el paso de cebra de Abbey Road), es un placer callejear por el Soho o Covent Garden, atravesar parques que encierran rincones exóticos, como el Kyoto Garden, con sus garzas y pavos reales, o transitar por otros espacios abiertos donde, una vez más, la vida y el implacable discurso del tiempo consiguieron acallar los susurros de la Parca, esos que ahora solo los cuervos parecen compartir desde la atalaya de unas viejas cruces cuyos nombres hace décadas que se borraron. Cementerio de Brompton, hoy lugar de paseo y de running, calles por las que transitan varias generaciones...






Porque esta ciudad, como también las que habitamos, rebosan movimiento, vitalidad y ansia por construir su propio futuro, un futuro donde todos caben, respetuoso con la herencia cultural que atesoran los museos, la que cimenta la idiosincrasia de las gentes. 








domingo, 18 de junio de 2023

La inteligencia artificial reúne de nuevo a The Beatles

Esta semana aparecía en los medios la noticia de que el músico (que por cierto, hoy cumple 81 años), Paul McCartney, había anunciado que antes de finalizar este año daría a conocer la que podría ser la última canción de los Beatles, indicando que para ello se había valido de la inteligencia artificial a fin de rescatar y limpiar la voz de John contenida en una vieja cinta cassette de finales de los setenta facilitada por su viuda, Yoko Ono, con la dedicatoria "To Paul". Aunque no se han ofrecido más datos acerca del título o de las características del tema, en los foros de internet se sospecha que podría tratarse de la canción Now and then, sobre la que ya trabajaron los tres ex Beatles en las sesiones de reunión que celebraron en 1995 con motivo de la publicación de los tres álbumes de Anthology y en los que incluyeron dos temas inéditos igualmente extraídos de antiguas grabaciones y demos proporcionadas por Yoko. En concreto, Free as a bird  y Real Love abrían el primero y el segundo bloque de dicha antología y aunque en estas canciones la voz de John Lennon sonaba como algo lejana y a distinto nivel acústico que la de sus compañeros de banda y la instrumentación musical, para los fans del grupo cualquier aportación nueva a su catálogo resultaba bienvenida y todo un acontecimiento después de tantos años.  

¿Qué podemos esperar ahora de esta nueva canción anunciada por Paul? Hay opiniones de todo tipo en las redes. Desde quienes señalan que si se trata efectivamente de Now and then, les extraña que Dhani y Olivia Harrison no hayan manifestado nada, pues ese tema no era del agrado de George en aquellas sesiones de 1995 y finalmente, no se incluyó en el tercero de los bloques, que optaron por encabezar con una pista instrumental llamada Beginning, grabada originalmente en julio de 1968, como introducción de la composición Don't pass me by, de Ringo Starr, incluida en el conocido como álbum blanco.  Otros desconfían de los resultados de la aplicación de inteligencia artificial y cómo se escuchará la voz de John después del proceso de "limpiado". Para la mayor parte, la propuesta es positiva. El solo hecho de contar con una nueva canción de The Beatles cuando ya ha pasado más de medio siglo desde su disolución es todo un acontecimiento y merece la pena cualquier procedimiento que permita reunir las aportaciones de los cuatro componentes originales. El desafío de la inteligencia artificial es, sin duda, inquietante, y con seguridad ésta no será la primera vez que se emplee para devolver a la vida a cantantes y artistas que ya no están con nosotros, pero cuyas voces o actuaciones quedaron registradas en formatos diversos. Ya lo hizo el propio Paul cuando en 2022 sorprendía a los espectadores del festival de Glastonbury cantando I've got a feeling a dúo con John Lennon, combinando su voz en directo con las imágenes y el sonido del legendario concierto de la azotea The rooftop concert, el 30 de enero de 1969.  De una u otra forma, la tecnología es aliada del milagro, y en este punto, celebramos tales avances que hacen posible lo que ya materialmente no lo es. Esperamos, en todo caso, que las conquistas de la inteligencia artificial no cercenen nuestra creatividad natural, la que es propia del ser humano, que no conviertan el arte en campo abonado para experimentos singulares de inciertos frutos. Con seguridad, los progresos en el campo de la informática aplicados a la música nos van a ofrecer resultados sorprendentes y volviendo a esta nueva canción de The Beatles, habrán contribuido a mejorar los parámetros de aquella vieja demo de John, suprimiendo todos los efectos sonoros indeseados que contaminaban su voz, buscando que suene mucho más "natural" en el conjunto de la pista grabada por sus compañeros. 


Actuación de Paul McCartney en Glastonbury, 2022

Finalmente, existe otra posibilidad que apenas se contempla en los comentarios aparecidos en las redes. La de que se trate de una canción completamente diferente respecto del material inédito de Lennon que ya han manejado los demás ex Beatles. Si así fuera, resultaría más difícil generar un tema que contase con las aportaciones de todos ellos, y así, la guitarra de George, quien falleció en 2001, pero de quien Paul también conserva algunas grabaciones y riffs que acaso podría utilizar en una empresa de estas características, siempre que fuera posible.  En todo caso, habrá que esperar unos meses para salir de dudas. Quienes venimos siguiendo todo lo que tiene que ver con los Fabfour, aguardamos este escenario con expectación, deseando el alumbramiento de esta nueva criatura. 


Libro y CDs de "The Beatles Anthology", publicados en 1996



sábado, 3 de junio de 2023

"A medida de mis contradicciones. Poesía esencial 1985-2020", de nuevo en Madrid. Próxima firma en la Feria del Libro

A falta de presentaciones en Extremadura, la recopilación de mi trabajo poético A medida de mis contradicciones. Poesía Esencial 1985-2020, publicada hace unos meses por la editorial Sial Pigmalión (Colección Extremadura, 2022), vuelve a la escena con motivo de la Feria del Libro de Madrid, donde el próximo sábado, 10 de junio, tendré la oportunidad de darlo a conocer desde la caseta de dicho Grupo Editorial (núm. 360), a la que tendré la satisfacción, un año más, de acudir para firmar ejemplares, como ya hice con mi anterior publicación Las erratas de la existencia (2021). De nuevo será en horario de tarde, de 17 a 19 horas, en la penúltima jornada de la Feria. Desde su presentación en marzo, en el Archivo Histórico Nacional, A medida de mis contradicciones continúa su periplo por la capital, esta vez, en el marco de esta multitudinaria fiesta del libro en el Parque del Retiro y aún quedará una nueva oportunidad de leer sus poemas, probablemente en septiembre, en fecha todavía no concretada, pero asimismo en Madrid. Para cualquier escritor, firmar sus obras en esta Feria del Libro, compartiendo agenda con destacadísimas personalidades literarias, constituye una experiencia que deja huella, aunque ya sea algo vivido. También supone un reto, el del escribiente que pisa un terreno donde apenas es conocido y sueña con que sus textos sean acogidos por un público nuevo, que sepa apreciarlos. Compartir lo escrito, que un día solo perteneció a su autor, es el destino de estas letras, las que ahora anhelan un ansiado momento de gloria entre el anónimo gentío que haya de pisar el Retiro madrileño una tarde de sábado cualquiera del mes de junio. Sin renunciar a hacerse visible también en tierras extremeñas, regresa A medida de mis contradicciones a Madrid con la ilusión de la obra primeriza que busca abrirse un hueco, y lo hace casi de puntillas, página a página, con versos que se mueven entre la noche y el sueño, como los personajes del cuadro homónimo de Evelyn de Morgan que ilustra la portada de la obra. 



sábado, 20 de mayo de 2023

Crónica de la exposición sobre "Principales referentes literarios en la pintura prerrafaelista" en Tertulia Andrés Valverde del Casino de Madrid

Literatura y pintura son dos caras de una misma moneda: el arte, la creación con mayúsculas. Complementarios, se necesitan, y el resultado de esa simbiosis es todo un descubrimiento para los sentidos. El tránsito por el Madrid primaveral de mayo de mis reflexiones prerrafaelistas tenía ese algo de inquietud creativa, de indagación en la historia y los testimonios gráficos de una época que parece lejana, distante de esta cotidianidad digital en la que habitamos, pero al mismo tiempo aún presente en muchos de los iconos de lo que se ha dado en llamar posmodernidad, sobre todo en campos como los del cine o la imagen, la moda por lo vintage y otros ámbitos de expresión social. Las figuras del entorno victoriano colonizaron durante unas horas las amplias salas del señorial Casino de Madrid, sus pasillos y escalinatas de sabor decimonónico, se infiltraron sin pedir permiso para despertar el interés por unas formas de concebir la tarea del artista basadas en modelos heredados de fuentes clásicas o elementos legendarios, cincelando versos, componiendo escenas que trascienden de la realidad cotidiana pero que buscan integrarse en ella, haciendo tangibles los sentimientos, los anhelos y las debilidades del ser humano. Mañana de jueves entre cuadros que hablan de literatura, que beben de ella, entre personas ávidas de saber, curtidas en el noble oficio de escuchar y compartir conocimiento y experiencias. Pues es éste el germen que alimenta la tertulia, el debate, la puesta en común de todo ese acervo. Resulta muy satisfactorio exponer un tema ante un auditorio que ansía impregnarse de cuanta información se le transmite, que la recibe gustoso y que ello también lo percibe el ponente. Así puede resumirse la matinal jornada vivida junto a los integrantes de la Tertulia Andrés Valverde del Casino madrileño. Al final, queda la impronta de los datos vertidos, de las imágenes proyectadas, el agradecimiento por estas horas de disfrute y el gozo de comprobar que fue mutuo. La visita, ya por la tarde, aprovechando el Día de los Museos, a la Casa-Museo de Joaquín Sorolla, sirvió para poner el broche de oro a un día contagiado de arte y magníficas sensaciones en una ciudad muy querida, a cuya Feria del Libro, que comienza en unos días, tendré la oportunidad de volver un año más con mis poemas. 







Tertulia Andrés Valverde en el Casino de Madrid. 
Escenarios y dependencias. 







Visita a la Casa-Museo de Joaquín Sorolla. 
Jardines y estancias interiores.






sábado, 13 de mayo de 2023

Principales referentes literarios en la pintura prerrafaelista

"Hubo un tiempo de caballeros y de damas, de bosques habitados por duendes y cristalinas náyades. Los años fueron depositando su manto gris sobre aquellas viejas historias, sepultaron bajo la hojarasca las cenizas de los héroes, el recuerdo de sus gestas, difuminaron en los lienzos la impronta de los rostros, la tersura aterciopelada de las mejillas femeninas, apagando el brillo de sus miradas..." 

Con este párrafo, al que además antecede una cita de La belle dame sans merci de John Keats, da comienzo el trabajo "Principales referentes literarios en la pintura prerrafaelista" que el próximo jueves, 18 de mayo, tendré la oportunidad de exponer en el marco de la tertulia "Andrés Valverde, ágora del pensamiento y la palabra" del Real Casino de Madrid. Será a partir de las 12 de la mañana en el salón "Torito" en la segunda planta de dicho edificio, situado en el número 15 de la céntrica calle Alcalá de Madrid. Un honor y un privilegio al que espero corresponder y donde contaré con la presentación a cargo de Basilio Rodríguez Cañada, gran amigo, escritor, presidente del Grupo Editorial Sial Pigmalión, sello que ha publicado mis últimos libros. 

La simbiosis entre pintura y literatura, observable en los cuadros de la Hermandad Prerrafaelista y sus seguidores ha constituido para mí, fuente de inspiración y referente obligado. Con este trabajo se ha tratado de poner en valor el legado de estos artistas, sus obras y su leyenda. Las imágenes son excusa que nos transportan a ese tiempo mágico y caballeresco, rescatado siglos después, en plena época victoriana, por hombres y mujeres que supieron recrear historias y personajes intemporales, que forman parte de nuestra propia esencia humana, de un imaginario colectivo heredado que aún hoy, en pleno siglo XXI, no han perdido un ápice de presencia y actualidad.