En estos días en los que puede visitarse la exposición Tomorrow Dreams, que componen un total de cincuenta fotografías realizadas por la fotógrafa Miriam A. Gómez Cornejo, en la Sala Ámbito Cultural de El Corte Inglés, en Badajoz, vuelvo la mirada y la pluma hacia la poética del haiku que ha servido para dotar de texto a dichas imágenes, propiciando sugerencias que aporten al espectador una atmósfera de complicidad con la mirada de la autora, acaso pistas para ayudar a su interpretación. Disfruté componiendo los haikus y tankas que acompañan a las fotografías de Miriam. Y es que resulta sorprendente hasta qué punto se pueden llegar a condensar tantas impresiones, cúmulos de pequeñas historias, en un marco poético tan reducido. No me puedo considerar un haijin, nombre con el que se conoce en Japón al que escribe haikus, solo un albañil que disfruta enyesando estas combinaciones de versos a modo de impresiones e instantáneas.
La poeta Isabel Pose, en su libro En los bolsillos huesos de melocotón (Editorial Polibea, el levitador/56, 2016), distingue entre los poemas que merecen la consideración de haikus tradicionales o canónicos, de aquellos otros que, aun revistiendo la misma métrica califica de anti-haikus, y de los tankas, con una extensión superior. Indica Isabel Pose que "en el haiku tradicional, casi siempre hay una palabra que hace referencia a la naturaleza y a la época del año (kigo) y en muchos de estos poemas, después del segundo o primer verso, hay un corte sintáctico y semántico (kire)". Recuerda además la definición de Basho, para quien el haiku "es simplemente lo que está sucediendo en este lugar, en este momento". Conforme a estos parámetros elementales, los haikus que ilustran las imágenes de la exposición Tomorrow Dreams solo en parte tendrían acomodo en dichos moldes, aunque sí que responderían a esa filosofía de lo inmediato, de la impresión, de la crónica del momento y el sitio en que la vida sucede. No por ello tienen menos valor aquellos poemas que encajarían mejor en la categoría de anti-haikus, porque en ellos, como dice Pose, "el poeta muestra su emotividad sin tapujos, habla de su mundo interior y no de algo externo a él que lo ha asombrado". José Antonio Olmedo, en su libro Sakura. Los principios del haiku para todos (Editorial Celya, 2023), incide en el carácter eminentemente sensorial del haiku, en su sencillez y sobre todo, como apuntábamos al principio, aportan un alto grado de sugerencia que termina implicando al lector, haciéndole partícipe de las impresiones del poeta, lo que se conoce como aware.
Lo efímero, lo inacabado, la exclusión del propio yo, se erigen así en elementos que caracterizan esta poética de mínimos, capaz, sin embargo, de condensar con su reducida métrica la esencia de la realidad tal y como se nos muestra en un momento y un lugar concretos. El escritor uruguayo Mario Benedetti llega a pedir perdón a clásicos como Basho, Buson, Issa o Shiki, sabedor de que sus haikus, que recopila en la obra Nuevo rincón de haikus (Colección Visor, 674), tienen de ello ese "envase", que hace propio para darle un contenido "inocultablemente latinoamericano", o quizá, después de repasarlos, un toque próximo al aforismo, a la sentencia breve, donde los elementos vinculados a la naturaleza se antojan residuales cuando no del todo ausentes. También el mexicano Octavio Paz se vio fascinado por la poesía oriental, algunas de cuyas traducciones se recogen en el volumen Versiones de Oriente (Galaxia Gutenberg/16, 2022). La espiritualidad, la poesía como "forma de conocimiento y profesión de fe", en palabras de Basho, constituyen las claves que sostienen el itinerario, primero del poeta, pero después, también del traductor que se impregna de lo que aquél ha querido expresar.
En un mundo donde todo transcurre a velocidad luz y el recurso a la tecnología opaca la esencia de lo inmanente, de lo profundo, el reto de buscar una salida aligerando el equipaje, como diría Machado, recuperando el valor y el gusto por lo breve, adquiere sentido con la lectura de estos versos que invitan a la trascendencia, al propósito de retener las briznas de realidad que el día a día dispersa y que se nos escapan. Ahí reside lo que hemos pretendido transmitir con esta exposición que todavía podrá visitarse esta semana en Badajoz (hasta el 28 de febrero). Imagen y texto, "foto hecha de palabras", como dice María José Ferrada, citada por José Antonio Olmedo.
Reproduzco a continuación algunos de los haikus y las fotos con los que se vinculan, en la exposición Tomorrow Dreams de Miriam A. Gómez Cornejo.
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