Termina 2024. Volviendo la vista atrás, ciertamente, he parado bien poco este año. Han sido muchos los eventos, las presentaciones, los encuentros, las experiencias enriquecedoras y el contacto con gentes de todo tipo. Recordaré ahora algunos de estos momentos y escenarios. Ojalá 2025 me permita mantener ese ritmo y continuar compartiendo amistad, poesía y descubrimientos con tantas personas cercanas.
Comenzaba 2024 con la conferencia "Recuerdos y anécdotas del Cáceres romántico", organizada por la Asociación de Amigos del Centro de Cirugía de Mínima Invasión Jesús Usón (ASCEMI), de Cáceres, que en la última semana de enero desbordó todas las previsiones de asistencia inicialmente contempladas, haciendo necesaria una segunda sesión, a primeros de marzo, igualmente con un auditorio completo. Se trataba de un recorrido documentado con imágenes, muchas de ellas inéditas, a través de la vida de nuestra ciudad y a lo largo de la práctica totalidad del pasado siglo XX.
Entre uno y otro pase, el mes de febrero deparó la presentación de Tentativas de escapismo, y la entrega del Premio Internacional de Literatura "Rubén Darío", concedido al libro por el Grupo Editorial Sial Pigmalión. Fue apenas unos días antes de que, por motivos de trabajo, hiciera escala en Valencia, que acababa de sufrir la tragedia causada por el incendio del bloque de viviendas del barrio de El Campanar, y que no podía imaginar que iba a terminar el año con un desastre de mayores proporciones, el de la Dana de octubre, del que aún tardará tiempo en recuperarse.
Llegaría luego en marzo EDITA Nómada y para finalizar, una de las Semanas Santas más lluviosas que se recuerdan, con la mayor parte de las hermandades sin poder sacar sus pasos a la calle. No duró mucho la resaca de esos días tristes, rápidamente olvidados ante el febril empuje de la primavera que, en Cáceres, es sinónimo de celebraciones sin solución de continuidad.
Uno, sin embargo, este año, cambió radicalmente de aires y se embarcó en la que, sin duda, ha sido la más intensa aventura de este 2024 que ahora nos deja. La visita a la Feria del Libro de Bogotá (filbo), en Colombia, marcó un antes y un después y colocó en primera línea mi obra y mi forma de hacer y concebir la literatura. Inolvidable y provechoso el contacto con tantas personas generosas y receptivas, el aprendizaje a través de la palabra y los escritos de todas ellas. No sé si el tiempo y las circunstancias me depararán un reencuentro en esas tierras colombianas, pero haber vivido esos días y saboreado su cultura, sus letras, sus lugares, su amistad, siempre alimentarán mis ganas de volver. Ojalá sea posible.
Mayo y junio fueron meses de ferias y presentaciones. Badajoz, Trujillo, Madrid...Y lo más importante, el disfrute de las amistades que la literatura genera. No por breves, esos instantes y cercanías dejan de ser intensos y fructíferos.
Con el fin del verano, la ciudad de Cáceres se preparaba para la celebración del Centenario de la Coronación Canónica de la Virgen de la Montaña, su patrona. Amén de procesiones y fastos religiosos, desde la Asociación Cultural Filatélica y Numismática Cacereña quisimos estar presentes con la organización de una exposición filatélica conmemorativa de dicha efeméride, en la que también colaboraron Norbanova y "La lente y el pincel", que cedió su espacio expositivo para la colocación de los cuadros. Era la primera muestra de este tipo que se celebraba desde la malograda Exfilna de 2020 y se dispuso de matasellos especial, tarjeta postal y sellos personalizados expresamente diseñados para la ocasión. ¡Qué trabajo para montarlo todo durante el mes de agosto! Había que tener listas todas las láminas con su contenido para poder inaugurar a primeros de septiembre y que fuera visitable hasta después de que la Virgen regresara a su santuario.
En todo ese tiempo, otro viaje de trabajo me hizo recalar en Madrid a caballo de los meses de septiembre y octubre. Muy gratificante la estancia con diez compañeros de toda España en los medios de comunicación.
Aproveché entonces para cerrar el año de Tentativas de escapismo con la presentación del libro en la nueva sede de la editorial, del Grupo Sial Pigmalión, inaugurada unas semanas antes. La compañía de Basilio Rodríguez (editor) y de Fernando López Guisado (presentador) resultó de lo más satisfactoria y fue antesala de la visita que este último haría a Cáceres en noviembre para participar en las IX Jornadas Góticas. Igualmente, tuvo lugar en estos días el reencuentro con mi querida Efi Cubero en el Ateneo para asistir a la presentación de A borbotones geométricos, del escritor Javier del Prado Biezma, sin olvidar el abrazo a los admirados Paco Caro o José Luis Morante.
Las IX Jornadas Góticas celebradas desde el 3 al 13 de noviembre fueron otro de los acontecimientos del año. Apenas dos semanas después de la celebración de las Jornadas sobre Literatura Infantil y Juvenil, también organizadas por Norbanova, las Góticas de 2024 congregaron nuevamente a un público fiel que ya espera la décima edición en el 2025 que pronto estrenaremos. Fue estupendo compartir mesa (ahora al revés), con Fernando López Guisado, pasar una velada extraordinaria con Felipe Rodríguez y Chris Aubeck o tener el privilegio de presentar y escuchar a Sebastián Celestino, auténtico especialista en la civilización tartésica y uno de los descubridores de los rostros del Turuñuelo.
Para despedir el año, ofrecía mi cuarto pregón, esta vez, en la Capilla del Colegio de San José y para la Cofradía del Cristo del Amor, Señor de las Penas y Nuestra Señora de la Caridad, un pregón mariano en el que estuve acompañado por mi querida amiga y extraordinaria intérprete, Fernanda Valdés, que con su acordeón creó una atmósfera propicia para recibir mis palabras, que venía enhebrando desde el verano.
No sé qué podrá deparar el año 2025, pero desde luego, tendrá que ser mucho para superar el nivel establecido por el que ahora se despide. No tardaremos en saberlo. Feliz año para todos y todas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario