domingo, 12 de abril de 2020

Domingo a la espera para celebrar la vida

Finaliza hoy una Semana Santa que sin duda alguna no podremos olvidar, que quedará en el recuerdo para siempre. La Resurrección de Jesucristo, que este domingo se celebra, lleva implícito en nuestro interior ese deseo de superación de la terrible tribulación a la que el mundo se está enfrentando y tantas víctimas viene repartiendo por todos los continentes. Aunque la esperanza y el ansia de recibir un liberador baño de luz están vivas en todos nosotros, resulta difícil aplacar la angustia que generan todos estos sucesos que nos rodean, aun cuando, para los creyentes, la fiesta de la Pascua representa precisamente el triunfo absoluto de la vida y la confianza de que esta terminará imponiéndose. Entretanto, transcurre una nueva mañana de retiro, a la que he querido añadir como banda sonora los acordes y la coral de la "Messa di Gloria" de Giacomo Puccini, en versión de la orquesta sinfónica y coro de Londres, dirigidos por Antonio Pappano. Mañana de tregua para un mes de abril de climatología igualmente incierta, donde las nubes van agrupándose, completando un puzzle de tonos grisáceos que anuncia una tarde acaso tormentosa. Música y lectura en la intimidad, libros para no olvidar que afuera aún aguarda un mundo que se encamina, sorteando obstáculos y dificultades, al territorio del estío.   


Días y esperas
los cerezos se duermen
vistiendo el valle.

Las cicatrices,
los rasguños del tronco,
cerrarán por fin.

Y escucharemos
el piar de los pájaros,
limpio y cercano.








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